20080123

Nadie

No dejes que se te escape un sólo hilo de desesperación. No dejes que te queme hasta los huesos el frío de las bancas en Reforma. No permitas que tu cama te absorba y te sople, lentamente. Mira hacía el cielo siempre, recuerda sólo lo necesario. No dejes que la gente descubra que te ocultas tras tu barba. Tira la llave de tu cofrecito para que nadie nuca la pueda encontrar. Tírala al mar y guarda tu caja, guardarla donde las fisuras no se noten.

Tú y tu cajita tienen fisuras ya muy grandes. Y en definitiva NADIE puede ver lo que hay dentro. Porque nadie va a ver lo mismo que ves tú.

Eres un edificio en remodelación, o mejor dicho, en reconstrucción. Pero eso es algo que sólo tú sabes a ciencia cierta. No permitas que el frio de tus bancas vacías te hiele hasta los huesos.

Inhala y exhala tu vapor, tu humo, tu ciudad, tus bienes mancomunados... la falta de ellos, rompe sus cartas, entierra su cadáver, entierra el tuyo a 10 metros de distancia.

Y sobre todo, moldea tus sentires, porque el reprimirlos sólo te confundirá, te ahogarás en tu propio vomito y jamás volverás a soñar. Pasa de lo que fue a lo que es, y siéntelo, siéntelo mucho para que no te envenene, sácalo de tu sistema, ampútalo y vuelve a renacer.

Eres un edificio en reconstrucción, que espera muros sólidos y ventanales importados, pero no para albergar huéspedes, no, sino para tener oficinas, un penthouse y una piscina.

Que nadie te vea, que nadie te conozca, que nadie sepa que cometiste el peor de los crímenes. Cuida tu espalda, cuida tu frente, cuida tu cofre porque es lo único que tienes.

Gracias por curarme de mi ridícula obsesión por el amor.