20090311

Revolucionario

A mi parecer es un acto totalmente involuntario, reaccionario y muy natural, tú ejerces cierta presión sobre los deseos que te han construido y estos irán estirándose hasta transformarse en la desgastada goma de mascar que has tenido en tu boca por más de dos años.

Es justamente la muerte de ese deseo el desencadenante de todas y cada una de las modificaciones que has tenido que hacer, de forma arriesgada, a lo que supuestamente era tu plan, o tu carencia de él.

También creo que llegó el tiempo de recuperar las ganancias de la gran inversión emocional que has venido haciendo a ciegas y a ciegos. Decides finalmente levantarte de la mesa de juego, porque dicen que cuando vas ganando es momento de retirarse.

Ahora bien, hay cosas que aún guardas para ti porque no hay nadie más que tú para interesarse por tus intereses, para querer lo que quieres y avanzar lo impensable. Te sientes solo y disfrutas de las mil maneras para no tener que convertirte en un pez ordinario más.

Y giras con el sol, lloras con el viento y te sigues preguntando por la hora del café, por el tiempo que, entre el humo de algún cigarro anónimo, te vuelvas a encontrar su amistosa sonrisa. U opacas los momentos que tienes con tu otro corazón para no volver a evidenciar lo que de sobra tienes tú y en menor cantidad él.

Es normal que con el tiempo hayas dejado de ser el hombre que roba emociones, el que confunde sus sentimientos propios con los de terceras personas, sólo porque crees que ellas son más cercanas que todo lo íntimo que has tenido.

Pero te puedo dar las palabras que han resultado de los días y la nieve. Extrae tus pasiones enajenantes y guárdalas en las fotografías que has postergado hasta el cansancio. Deja de poner tus palabras en los labios de tu amor, porque nunca has escuchado que susurra tu nombre entrecortado. Deshazte de las personas causantes de adicción, déjalas, olvídalas y échate a volar.

Cierto que hay revolución en tu pensar. Pero son más ciertos los ciclos que te han llevado a pensar que si no eres tú, ¿entonces quién?