20090207

Sueño de preprimavera

El viento te tocó los pies, olía a finas hierbas mojadas por la lluvia, la temperatura descendió hasta rozar el suelo y en sus ojos pudiste leer la inocencia que no te pertenecía más.

En realidad lo leiste en la nota esperanzada que te entregó. Se habían cambiado los papeles y ahora tú no tenías corazón. Estabas cansado y tenías moretones bajo la ropa.

Él había encontrado la mejor de las formas posibles para decirte que te extrañaba, que se había dado cuenta que después de todo, eras importante para él. Tú, como siempre, te morías por decir lo mismo, pero tenías miedo, miedo de volverte vulnerable en un mundo de animales.

El camión arrancó y no encontraba mi maleta. De pronto encontré la excusa perfecta para dejarte con las palabras en la boca así como años atrás tú me las habías dejado a mi. En domingo.

Lo cierto es que en realidad temía aceptar que nos habiamos perdido, que la vida nos había separado y nuestros caminos tardarían medio siglo para volverse a juntar, quizá nunca.

Si hoy vlviera a pasar, te daría el abrazó más cálido que nunca te dí. Te extrañaría cada día de la vida y pondría tu foto en un marco. Fumaría con anhelo y recuerdo de tí. Pero no.