20081010

No estoy. Favor de dejar su mensaje

Soy y no soy. Estoy y me pierdo.

Me quedé tirado en la arena sin esperar nada más.

Y fui arrastrado y no era ciudad, sólo era.
Me quedé con el agua salada y el calor impregnado. Dejé por un segundo de decidir y así fue.

Te vi a los ojos y supe que como escritura, mi historia no estaba ahí. Pero te abracé y me contuve por no besarte.

Luego miré con el azul poco intenso a la luz del día. Excité los sentidos al punto de catarsis. Dejé de existir por segundos. Por segundos todo fue lo que uno siempre se imagina y nunca llega.

Pensé en el amor y la paz, los sinsabores y los milenos próximos.

Entonces no me llamé Calle, o a lo mejor sí pero vista desde fuera. Estaba cansado de tanto amar. Amar y aún así no saber nada de eso que llaman amor.

Vino el desvínculo total, la ausencia de entidades importantes. La falta de emociones que me hicieran pertenecer. Los que existen y pasan como sombras nocturnas. Yo te quería abrazar pero me sentía ya incapaz.

Dejó de ser sentimiento prohibido para ser inútil.

Evidentemente morí en silencio, en la red de pescador que me contenía frente al mar. Perecí entre el alcohol y las lágrimas que ya no salieron. Pero estuve. Ya ahí me quedé.

Sin más engaños.

Estoy a días del año. Sin embargo eso no es lo que pesa, pesa el cúmulo de historias. Pesa la costumbre y la idea de acostumbrarse.

Ya no quiero estar con él, no quiero olerlo y sentir que si no le digo algo, exploto. Es bien feo tener que acostumbrarse a algo así.