20120220

Duerme soñando

Las almas libres no se vuelven Godínez. Si me lo repito hasta el cansancio, tal vez me transporte a esa otra dimensión donde no fui capturado en una jaulita de comodidades.

La escena matutina es deprimente: caras trabajadoras cansadas de trabajar, suelas gastadas, ropa común, en ocasiones sucia; si el infierno existe, entonces está ubicado en la línea 2 del metro. Y me sigue hasta las 7 de la noche.

Existe la suerte de soñar despierto, pero 9 horas de trabajo tercermundista te vuelven a apagar. Somos la maquila de los sueños de alguien más. Debo confesar que sí me ha afectado trabajar para el extranjero sin haberme subido nunca a un avión, porque no los entiendo, no entiendo a los que se fueron y no entiendo a los que se quedan. Estoy en una realidad que no me pertenece.

La última vez que me encontré no estaba en una burbuja llena de insultos y recriminaciones. Creo firmemente en el poder del cambio, en que los sueños se cumplen sin sacrificar demasiado, que los que luchan sí ganan, pero también creo que el azar es una broma del mal gusto.

 ¿Y si mejor nos vamos a dormir?