20110905

When I first saw you I knew that you had a flame in your heart


Me siento como recién llegado, con las maletas y todo. Como la primera vez que desempaqué todo de la forma errónea porque nunca me había mudado o como la vez que no guardé todas las cosas porque nunca había volado en avión.

Recién egresado de la escuela de alguna parte y sin haber aprendido absolutamente nada, pero con la plena certeza de que habían transcurrido los mejores años de mi vida. Me siento enfrente de una puerta por la que he entrado siempre y, a pesar de todo, esta sería la primera vez.

He aceptado mis zapatos gastados con una humildad que siempre me caracterizó, pero que no quería. Ahora sí. Desperté de los siglos de intranquilidad y me siento preparado para entregar de forma pacífica los escritos que coleccioné del camino que ya no recuerdo.

Saludo a mis padres, que con la más grande alegría me dan la bienvenida, y descubro el significado a distancia de lo que es un hogar. No vengo solo, ahora somos dos.

Debería ser ley esta etapa de vida en la que un espejo ya no es enemigo y la comunión con uno mismo es de primordial relevancia. Deberíamos exigirnos unos segundos para ver con otros ojos a la persona con la que hemos despertado cada momento de nuestra existencia.

Yo sólo espero que sepa que es lo más importante que me ha pasado en la vida.

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