20080619

Hospital para caducados mentales "Maní Comio"

Memo para . Son personas, no PRADA.

Puede que lo malo de las vacaciones radica en el hecho de que el tiempo se vuelve relativo. De pronto los momentos nos parecen eternos o muy rápidos, no, en vacaciones siempre son eternos, al menos en las mías.
Puede que el tiempo tampoco sea el problema, quizá es todo un poco más material. Si no hay dinero, no hay salidas, y si no hay salidas, existe un porcentaje monumental de intentos de suicidio mentales. Pero si hay trabajo, hay dinero, y si hay dinero, hay salidas, pero no hay tiempo; y como dijese mi madre: "no se puede tener todo en la vida".

Yo necesito tiempo y dinero. Porque para tener una bonita relación, se necesita de tiempo, dinero y otra persona (sí, ya intenté tener una relación conmigo mismo y no funcionó). Ya tengo 2 de tres, tiempo y a la otra persona, ahora me falta el trabajo traducido en dinero no tan escaso para bailar, beber y fumar. Serán buenas vacaciones azucaradas con cianuro.

El otro día aprovechaba mi nueva adicción extraña; ahora he tratado de tener calma y silencio en las noches para mirar películas en Internet. Podría hacerlo de día pero mi familia es una tanto entrometida en mi vida, así que la facilidad de privacía que otorga la madrugada es muy bien recibida.
Y se puede ocupar para todo, para leer blogs interesantes, para ver videos, para escribir y escuchar música de forma inigualablemente tranquila.

Me dió por ver una película española que tenía una animación un tanto curiosa. "Gritos en el pasillo" llevaba por título aquella narración visual de suspenso, protagonizada por, y sí, efectivamente eso eran, cacahuates.
El cacahuate principal era un dibujante al que llaman para realizar un trabajo en un hospital para "Caducados mentales". La atmósfera se torna pesada y macabra, lo que da paso a que el dibujante, por obvias razones, enloquezca. Al final termina siendo rescatado pero cargando a cuestas una ligera capa de problemática paranóica en su cabecita cacahuatezca.

Y ahora que lo pienso, sí me dió miedo.

El hombrecito, al que en pocas ocasiones llamo "novio", optó por creer que yo tenía problemas de tipo psiquiátrico, pero que no hablaría del tema. Eso respondió cuando, un día después de mirar la película, lo cuestioné sobre si alguna vez había tenido un sentimiento paranóico. Me dijo que no, que él no tenía esa clase de problemas mentales, que le parecía que yo sí pero que no hablaría del tema; entonces comenzamos a hablar de música, me parece.

El lunes es la venta de boletos de Madonna, para mi voluntad poco comprometida con su causa, terminé decidiendo que sí iré al concierto. Los boletos son accesibles y ya he hablado con un amigo para encargarlos. Además ya observé los adelantos del tour y no me parece nada mal.

Estas van a ser unas vacaciones muy raras. Lo presiento, presiento que no me invadirá el sentido de inutilidad de cada periodo vacacional, pero que vendrá uno nuevo, y a la vez no tan nuevo, pero sí reciente, de esa no tan feliz angustia.

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