20071130

¿Y qué?

El primer día quise fingir hasta que, por un segundo, casi me creí. Los pliegues no eran iguales, el café era nefasto, el camino atroz francamente me parecía tedioso e impensable, creo que sólo era la idea pesada que recaía en mi espalda mientras me bañaba, mientras me secaba, mientras me vestía. Saliendo, la vida no iba a ser la misma.

Caminé al transporte dejando migajitas de corazón, pero con la cara bien en alto. La vida me pasaba poco a poco, en las luces, en el amanecer, en el transcurso, el metro, la escuela, los compañeros.

¿Y qué? Ya no estábamos juntos, ya te habías llevado las canciones y paseos, mi tiempo y mis lágrimas, las pasiones y decepciones, me habías arrebatado todo, dejándolo volar como arena de mar. Y la última vez que hablamos todo parecía tan bueno, tan duradero, tan verdadero. ¿Y qué?

Ahora parece la mejor idea, a lo mejor no, uno francamente deja de saber cuándo es momento de buenas ideas, uno sólo pierde la razón y la conciencia. Y quisiera no deambular en la ciudad con el hueco al centro, con la vida atrás y mis pasos libres de antesala a la nada.

Y por momentos me divido, y me parece increíble que se pueda sentir tanto y tan diametralmente opuesto, y quiero no sentir nada, borrar, olvidar o morir, pero nada al fin. Quitar voces y recuerdos, quisiera no tener enterrado en la garganta el reclamo, las palabras hirientes y las disculpas de corazón.

Quisiera que no hubiera sido así, que no hubieras pesado más tú, o yo; que pacientemente nos hubieran llegado los tiempos justos en los lugares exactos, que hubiera...

¿Y qué? Al fin, soy frío y estoy muerto, no siento y no quiero, me vale madres, igual mañana tengo que fingir de nuevo, igual mañana sí me creo.

No hay comentarios: