20100424

Nos tragamos

Amar es una palabra muy fuerte.

Pero como le perdí el respeto, ahora la uso como todos aquellos de los que siempre me quejé y juré nunca ser así. El amor dejó de ser tan importante, pero aún necesario.

Y para ser bien honesto, así es la relación con Dario: él me dice que me ama y yo le digo lo mismo para que no se vaya. Después de todo, es lo único que me queda.

Pero igual y un día despierto con las ganas de no querer nada más. De no esperar que en realidad me ame como dice y de dejar estos juegos de adolescentes para otro momento de la vida. Ahora no.

En el fondo, siento que él sabe que yo tampoco soy lo que quiere, pero la falta de opciones te deja pocas oportunidades. Siento que él piensa que lo que tenemos es más que suficiente para satisfacer esa necesidad impulsiva de creer en el amor. Y sí, en eso quizá tiene razón.

Yo qusiera amarlo en serio. Me encantaría comprometerme bien con él, pero no puedo. No puedo porque él no puede y no quiere. Y como ya soy viejo y estoy cansado, entonces a todo digo que sí.

1 comentario:

Mark de Zabaleta dijo...

Buena reflexión.


Marc de Zabaleta